Era pussy wet, no perro mojado, pero el genio de la lampara malinterpreto mi deseo. Ahh no se si el meme era así.
Si supieran en que consistió mi fin de semana les daría pena y quizás ternura. La gente no me cree cuando digo que drogada soy adorable. Como un perrito de primera marca tipo Golden retriever, todo chiquito y abandonado en una caja de cartón bajo la lluvia, que te mira con sus grandes ojos negros, con ese brillo; un destello de esperanza titilando como foco de luz a punto de quemarse. Mientras tiembla de frio y miedo. Esos cachorros que querés llevarte a tu casa y que no entendés como puede estar tan solo siendo tan lindo, tan rubio, tan capaz de encajar en la foto grupal de una familia de bien.
Lamentablemente no soy un perro. Soy solo una chica.
Ya no se que chiste hacer para que destaque más que el fondo triste. Lo tragicómico es eso: patético. No puedo escapar, no puedo evadirme. La escritura para mi es una soga que cae de algún lugar desconocido y de la que puedo tirar cuando me ahogo en un mar podrido. Es un manotazo de ahogado. Nunca me tome en serio a mi misma y aunque digan que el humor funciona como una especie de vaselina que permite que lo doloroso se digiera mejor, yo me siento mas como esos niños envaselinados de los que habla el presidente: algo que no es gracioso, sino turbio.
Este es mi substack y si quiero hago comparaciones tiradas de los pelos con criticas musicales de por medio
Pienso que un limite de la autodestrucción es la belleza. Creo que si mis dientes estuviesen podridos limitaría mi consumo problemático. Algo que me preocupa es que hace meses se me cae el pelo de forma excesiva: cada vez que me baño salgo con una bola de pelo tamaño ratón y no quisiera unirme al grupo de pelados de mi familia. Abuelo, padre y siete tíos pelados. No. Debo mantener mi hermosa y abundante cabellera enrulada.
escribió un ensayo mucho mas profundo sobre la fetichización y mercantilización del sufrimiento femenino, donde explica cómo el sistema nos vende esta estética de chica triste como algo deseable, permitiendo que una se identifique con artistas y personajes femeninos sin hacer nada para cambiar eso que te hace sufrir en un principio. Léanlo porque yo no puedo reproducirlo, yo solo soy pretty when i cry «linda cuando lloro» como dice Lana.Sé que si no estuviese rodeada de ficciones y canciones protagonizadas por hermosas mujeres tristes no me sentiría tan cómoda en el malestar. Por eso, en el ultimo tiempo estuve escuchando otro tipo de artistas con quienes también me identifico, pero desde otro lugar: ellos crean personajes teatrales histriónicos, llevan los sentires comunes como la soledad y el fracaso a un extremo. Cuando la obra cuenta el contexto que la empuja a delinear un personaje específico, no es posible mercantilizarlo como sucede con la estética de las chicas tristes. Va mas allá de que sobren razones para que las mujeres sufran. Los jóvenes fisuras porteños aun no conquistaron los algoritmos de Spotify. El under tiene ese je ne se qua.
Juana Rozas y Marttein comparten la particularidad de crear alteregos que les permiten sublimar las partes mas podridas de ellos mismos pero sin involucrarse tan directamente. Yo quisiera lograr algo parecido con la escritura, donde no tenga que exponerme ni caer en lugares comunes sino solamente vomitar y que los lectores beban extasiados mis demonios licuados.
Marttein, en su disco audiovisual se presenta como un fracasado que vive con su madre y no termina de hacer nada con su vida mas que drogarse, salir de gira y básicamente ser un fisura. Los ocho temas están cargados de un pop neurótico con reminiscencias tangueras. Con un sonido techno-trash-punk, arranca Sabor, donde describe perfectamente el refugio hedonista de quién no vé horizonte de futuro: “Vos solo querías un poco de sabor/ Pero la noche se quedó/ Y el sol no salió/ Te veo preocupado pero también veo que/ Solo podés seguir, seguir, seguir”. Narra una sensación generacional de desborde y desesperanza. De gente nacida en las vísperas del estallido argentino coronado por un presidente que escapa del caos en helicóptero y que ingresa a la vida adulta con un gobierno dirigido por el Joker con caspa que habla con sus perros muertos y clonados.
El sexto track del disco tiene la colaboración de Mariana Enriquez, narradora de la decadencia callejera por antonomasia: “¿Por qué no desafías al aire con el puño cerrado?/ Esta vez si que te quedaste solo/ No hay que irse muy lejos para ver la ciudad desnuda/ No hay que viajar en el tiempo para vivir en el futuro”.
Juana Rozas aparece en Cachetazo, donde viene a recordar con una sonrisa perversa que, si sigue así, la realidad se aleja. La película esta hecha en un plano secuencia, es un día en la vida del pibe que empieza y termina en el mismo lugar, mostrando la monotonía de su mundo.
Tanya, el ultimo disco de Juana Rozas, también es un disco-película donde el sonido predominante es una voz que retumba sobre un acelerado technopop. Muestra a una mujer escapando de algo que aparece personificado en un hombre misterioso. Arranca a cara lavada y ropa blanca, corriendo por la calle en un acto de rendición: “Dentro de mi mente perdí para siempre /como una inocente desesperadamente/ soy una escultura (…) /Voy a escaparme y no volver nunca más”. En ese escape, Juana parece abrirle la puerta a su alterego, Tanya, una mujer glamorosa que usa botas de caña alta y corpiño con brillos, se presenta con Bad Choice: “El futuro ya lo vi / está ardiendo frente a mí / malas decisiones lo que queda para mí”. Una loca decidida a tomar malas decisiones, guiándose únicamente por los excesos y los impulsos, buscando divertirse con otras personas que solo terminan por devolverle el reflejo de su propia oscuridad.
Tanya es la noche y los vicios unidos en una telaraña de la que queres huir pero no podes escapar. Ella se rie pero se le filtra el miedo. Es subir y bajar. Un baile poseído, la cabeza perdiéndose en un espiral.
Marttein vuelve a colaborar en el tema Qué importa, donde se unen en una declaración de indiferencia hacia la mirada ajena, de reivindicación de hacer lo que se les cante sin importar lo que digan los demás.
La mirada de Tanya sobre la realidad esta distorsionada, se desdibuja a medida que su locura se profundiza. Durante todo su recorrido usa la misma ropa, como si todo transcurriera en una noche, pero a la vez, el espiral naranja que la coopta por momentos, nos da a entender que esta sumida en un trance, fuera de control. Es el camino del anti-héroe, donde la protagonista no esta en busca de algo sino escapando de su propio dolor, que finalmente, en Dejandote ir, la encuentra golpeada y tuerta de tanto mirar para otro lado: “¿No querés que sea un poco más dulce la vida?/ ¿No pensar en nada en los próximos días?/ La noche furiosa no existe en otro lado/ Las cosas dolorosas no se dejan a un costado”, asume, cerrando el disco con un piano lento y siniestro, un pulso constante de terror que resuena como si fuese el verdadero sonido de su mente; lo que queda cuando ya no puede huir de si misma.
Tanto Marttein como Juana cuentan con un track romántico que dice mucho sobre las formas de vivir el amor en esta época donde no hay un modelo claro de relacionarse. El personaje de Tanya junto con Santiago Motorizado se confiesa con una melodía indie: “Yo soy un hombre actual, desinteresado/ Pero a la noche tengo ganas de sentir al menos algo (…)/ Me da vergüenza decírtelo/ Y sentir amor se volvió tan difícil”.
Marttein, en Para amarse, expresa en un estribillo triste pero pop, la incapacidad de acercarse a un otro y la soledad a la que queda relegado por esto: “Quiero que me busques/ Pero no, no, no me hables/ Que me enamoro otra vez (…)/ Quizás no es un buen momento para amarse/ Es loco que rodeado de tanta gente te estés quedando solo/”
Estos discos fueron el soundtrack de cada de día de mi verano de locura.
El sábado llegue a casa a las tres de la tarde, sin haber dormido ni comido en las últimas, no se, ¿24 hs? Me mire al espejo y por primera vez me di miedo. Estaba particularmente linda, con el sútil maquillaje intacto, la ropa con olor a pucho muy bien combinada. En una fiesta, un pibe me había dicho “de la gente que hay acá sos la que menos tiene pinta de falopera, no me lo hubiese imaginado”. Vi el reflejo de alguien que mas o menos encaja en los estándares de belleza blanca y flaca. Pero mis ojos parecían muertos. Cuando te mirás detenidamente a los ojos se ve el reflejo propio repetido infinitamente. Creo que ese espejismo infinito es la vida. Las pupilas parecen un óvulo y las pintitas que lo rodean dentro del iris, los espermatozoides. No encontré ese reflejo en mis ojos, sino que vi la entrada de un túnel negro y gigante. El circulo verde que rodea las pupilas no se agrandaba por mas que mirara directo al sol. Estaba helada, temblando. Mis pensamientos eran una bola de pádel hecha de hierro enloquecida, rebotando contra los bordes de mi cabeza. El pecho no me dejaba respirar, tenía espasmos de llanto atravesados desde las costillas hasta la garganta. La boca seca, adormecida pero con el labial rojo impecable. El corazón encerrado en una jaula, pero no como la de Pizarnik, que se ha vuelto pájaro. No. Mi jaula no se ha volado y mi corazón no esta loco por aullarle a la muerte, aunque tal vez, le guiña un ojo, detrás del viento, a mis delirios. Mi corazón enloquece porque no puede parar ni seguir. Me agoto mientras espero lo que pase primero; que mi órgano vital explote o que rompa los barrotes del encierro.
El encierro me quedo chico y vuelvo a lo mismo: necesito hacerme espacio para vivir.
Calavera no para de chillar
Mi comportamiento durante este finde semana fue una falta de respeto total a las buenas costumbres. Hubo mucho rock, sexo, drogas, putas y pésimas decisiones. Mentira, no fue para tanto. Si lo exagero me siento mejor conmigo misma porque pienso que todo siempre podría ser peor. ¿Qué clase de consuelo es ese, no? Pero es verdad, el fondo siempre puede ser mas hondo.
Estoy totalmente decepcionada de mi porque no soy capaz de cumplir nada de lo que me propongo. Lo mas triste es que había tenido una buena semana: me hice cargo de algunas cosas, hice ejercicio, escribí mucho, fui a terapia, entregué un trabajo de la facultad. Llegó la noche del viernes y fui a un bar con una amiga. Todo estuvo tranquilo; me leyó sus poemas, nos encontramos con sus amigos, pedimos varios gin tonics, aunque yo le advertí que prefería cerveza porque la bebida blanca me apaga la tele, me deja en blanco y aparezco en cualquiera. Ella insistió porque los de arándano eran suaves. El problema fue la mezcla con las benzodiacepinas que tomé pensando en irme rápidamente a dormir pero siguió la birra, los dos porros, la botella de vino en la terraza. Así y todo, completamente dada vuelta, me tomé el bondi a mi casa a las 3am. Lo estaba logrando, iba a llegar sana y salva; embartulada, en pedo y fumada pero al menos no estaba merqueada. Tenía que poder cumplir una semana entera sin hacer eso, solo una semana.
A mitad del viaje vi que estaba cerca de lo de un amigo, entonces, aparentemente le mande un mensaje:
-De casualidad estas al pedo en tu casa y tenés para tomar unos tiros?
-Obvio, venite.
-Esperame con una birra y ponete unos temas. Hoy vuelvo a casa a un horario prudente que mañana laburo.
No me acuerdo de esa interacción. Me pone todavía mas triste pensar que, aún estando inconsciente, una parte de mi quería “volver a casa a un horario prudente” a pesar de que estaba llegando bien entrada la madrugada.
De vuelta en casa, respete las normas de la resaca que son parecidas a las de la menstruación: no lloras desconsoladamente porque nadie te quiere, sino que lloras porque te vino. Y por eso no hay que tomar decisiones importantes estando venida. No te odias profundamente porque no cumpliste nada de lo que te propusiste, sino que te odias porque no solo no cumpliste sino que, además, tenés resaca. Y por eso no hay que tomar decisiones: es autosabotaje asegurado.
Estaba atardeciendo y por primera vez había mentido para faltar a trabajar. No podía ir en ese estado. Crucé el límite más firme que tuve hasta el momento: no drogarme antes ni durante el laburo. Me encerré en mi cuarto. Pasadas las horas el sol seguía ahí, entrando desde la persiana cerrada, en forma de agujeros de luz en la pared. Ese día continuo en silencio. Cuando me acosté sentí mi espíritu elevándose mientras mi cuerpo se enterraba en un pozo de cemento, y así, quede aplastada entre los limites del cuerpo y el afuera. Bajar es lo peor.
La evasión constante me apaga, me aleja, me ausenta. Necesito mas que nada en el mundo acercarme a mi y al mundo porque hace mucho tiempo estoy lejos. Todo lo que tengo para dar esta lejos de mi. Siempre estuve sola pero ahora no lo soporto, no es gracioso.
Hice el camino inverso de los drogadictos. El año pasado, cuando sentía la vida gris, con el volumen bajo, tenia un deseo inmenso de creer en algo. En octubre escribí esto:
“Necesito creer que existe alguien más grande que yo, alguien que mueve los hilos de mi mundo y que de alguna forma me guía. Que todo va a estar bien porque estoy en sus manos. Necesito creer en alguien que crea en mí. Me da miedo pensar que estoy totalmente sola en esta vida. No puede ser que toda mi vida dependa de mí. No puedo hacerme cargo. No quiero pensar que yo soy la única que tiene el poder de encaminarme.”
Lo escribí como quien pide un deseo tirando una moneda a la fuente pero parece que la moneda con mi deseo la agarro un Dios perverso que me llevo de la manito a sumergirme en el maravilloso mundo de la noche.
Tuve miedo. Mis deseos se habían cumplido, ya no era responsable de mi misma, había una fuerza superior controlándome. Ya nada de lo que haga depende de mi porque yo quiero hacer las cosas bien hace semanas y, de alguna forma, algo me arrastra a lo mismo. No hablo solo de droga. Durante meses fuí libre en mi descarrilamiento; gocé y disfruté la vida como nunca sin pensar en nada ni nadie ni en mí. Pero tal como sucede cuando el país queda en manos del liberalismo, es cuestión de tiempo para que sea cooptado por los grandes monopolios internacionales. Ya se, re de termo mi comparación, pero se entiende el punto. Puede ser que en esa liberación total, donde solté las riendas de mi vida, el Dios de la noche aprovechó su momento para tomarlas y guiarme hasta el fondo.
Dormí 4hs y tome una sopa cuando desperté. Volví a mirarme. En una esquina de la pupila dilatada había un circulo brillante, diminuto.
Ya entendí que puedo caer cada vez más bajo, que el fondo siempre puede ser más oscuro y más profundo. Pero quiero salir y poder conmigo. Escuchar a mi madre y guía espiritual es reconfortante: Hay que entrar en el agujero para salir del agujero. Hay que vivirlo todo.
Romper la pared de vidrio
Casi todos mis recuerdos de la infancia son mas o menos un bajón. Es algo que estoy descubriendo ahora. Como no creo haber vivido ninguna tragedia ni pase hambre ni sufrí violencia, siempre considere que tuve una niñez mas o menos normal que no me sirve en absoluto para justificar mis problemitas actuales. Nunca se me ocurrió que mi desmesurada necesidad de evadirme fuese un mecanismo de defensa para no sentirme sola.
Cuando tenia cuatro años y mis padres estaban recién separados, mi papá había alquilado una oficina de dos ambientes para vivir. Una parte era usada de dormitorio; tenia el tamaño exacto para que encaje la cama matrimonial y en el piso un colchón chiquito que usaba yo. Esa habitación tenia una pared de vidrio que dividía los dos ambientes. Una vez, no recuerdo por qué, estaba llorando y gritando histérica y desconsoladamente. Pataleaba, revoleaba almohadas. Con la cara roja y empapada golpeaba la pared de vidrio con los puños cerrados. Mi papá estaba sentado en una silla frente a mi, del otro lado. Él, sin inmutarse, leía un libro llamado “Cómo criar a tu hijo”. Hubo un solo instante donde levantó la mirada y mis ojos desesperados se cruzaron con sus ojos desconectados. Me miró y siguió leyendo. Creo que esa pared de vidrio es la que me separa del mundo y de mi. Creo que nunca pude volver a verme llorar y gritar desaforadamente y que siempre observe lo que me pasa desde lejos, mirando el caos sin abrazarlo. Leyendo libros para entenderlo pero sin sentirlo ni acercarme demasiado.
No se porqué me remonto a esa escena. No se si tiene sentido buscar explicaciones de nada. Sé que la tragedia y la comedia funcionan cuando están en equilibrio. El limite del humor es el dolor. Y si ese también es mi limite, estoy a salvo de seguir cayendo: encontré un borde. No tengo ninguna enseñanza, ninguna moraleja ni conclusión final para este texto. Solo sé que mis ganas de mandar mi vida a la mierda para dedicarme a la lujuria y el jolgorio son proporcionales a una fe ciega en que todo va a estar bien.
En estos momentos, recito en mi cabeza una y otra vez el fragmento de un libro de Cecilia Pavón que me encanta: “Es lo asfixiante/ es el destello/ de querer que venga la fé”.
Queremos salir ¿A donde? Adelante!
Ni ubicaba a Marttein, interesante recomendación, no es mí perfil musical habitual que escucharía pero vamos a probar como se sigue. Banco la indagación en ciertas apreciaciones en cuanto a ciertos paradigmas de cultura, en línea con cierto aire Fisheriano ("realismo capitalista").
Liberalismo es limitación del poder, autolimitación consciente(?) y fragmentación.
La fragmentación es caos, pero solo del caos puede emerger libertad.
Y la libertad es un horizonte de conquista que depende en última de la voluntad.
Pero ciertamente la voluntad es un desafío para muchos. Yo me incluyo.
Tomalo como quieras, saludos y la mejor.