Sin parpadear y sin soplar vamos a contar las pequeñas enormes cosas de esta maravillosa vida colorida exultante de alegría. Vale mencionar cosas ricas mientras no sean aspirables.
A la una, a las dos y a las tres:
Estoy comiendo el mejor flan casero del mundo con el gato más lindo del universo ronroneando sobre mi regazo.
Hoy salí del laburo a fumar un pucho frente al obelisco. Había un señor sin dientes vendiendo guantes al lado mio. Charlamos sobre el cumple de 12 de su nieto y sobre el desagradecido de su hijo mayor que vive en Estados Unidos, gana en dolares y se queja de que no tiene un mango.
Volvió mi compañero, el oficial de seguridad. Me preguntó si alguna vez había carneado una vaca. Le dije que no. Me explico minuciosamente cómo se hace el proceso. Después me contó toda la interna detrás de la separación de Los Palmeras. Lo contó con tristeza. Le dije que ya aparecerán bandas nuevas y mejores. Dijo que los jóvenes cumbieros no son tan originales como antes. Le dije que no pierda la esperanza. Me mostró una foto del sanguche de milanesa que le compró a la hija para sus 15 en su viaje a Santiago del Estero. Dijo que tenía el tamaño de un perro salchicha.
En breves me serviré otra porción de flan, agradezco la abundancia.
Caminé cincuenta cuadras sin auriculares. Hace bien caminar. Los pensamientos van y vienen como oleadas dispersas. En general, alguna canción se me queda pegada en la cabeza y se repite en loop como sonido de fondo del monólogo interior. El tema de hoy era Segundo Plan de Santiago Motorizado.
Mmmmm ¿Qué más? ¿Qué más?
Hasta ahora lo mejor que me pasó en el día fue aprender a carnear una vaca, comer un flan junto a mi gato, putear al hijo yankee de un vendedor ambulante de guantes y caminar. No está nada mal. Pero quiero algo más.
Todavía no termina el día. Faltan 27 minutos. Qué numerito 27. Yo tengo que dejar de hacerme la rockstar porque la verdad no me interesa pasar a la inmortalidad junto a Janis Joplin, Amy Winehouse y toda esa gente del club. Debo llegar a los 33. Y después debo superar los 33, pues tampoco me interesa pasar a la inmortalidad junto a Jesús.
Jaja pasar a la inmortalidad dice la piba, se llama MORIR, boba.
¿Quién elige a las personas que serán inmortalizadas? ¿Con quién tengo que hablar?
Y… Tendrías que hacer algo que te sobreviva. San Martín pasó a la inmortalidad porque liberó a unos pares de países. Tiene que ver con vivir eternamente en la memoria de los seres de la tierra.
¿Mi abuela es inmortal porque la recuerdo?
Osea, justo tu abuela muerta fue un poco más relevante para la sociedad, pero la otra, la dentista, no pasará a la inmortalidad. Cuando las dos generaciones de su descendencia mueran, ya será olvidada para la historia.
¿Puedo pasar a la inmortalidad?
Piba, te dejo sola un segundo y ya te subís al poni. Ya sabes que si morís hoy no pasas a ningún lado más que de la morgue al crematorio a la elevación fantasmal. Los dos sabemos que serias una fantasma molesta.
No estoy tan segura. Me imaginaba mas tipo Casper. O como el fantasma de Ghost, haciendo cerámica con Demi Moore.
Es adorable tu ingenuidad. Cortate las venas a ver que pasa.
Uh loco, siempre te pones oscuro, me tiras una mala onda terrible, cortala.
Vos sos la que me habla, yo estoy en la mía. Si me preguntas, contesto.
Bueno. ¿Qué hago para pasar a la inmortalidad?
Algo importante. Libera países, compone himnos. Que se yo, plantá un árbol, escribí un libro, tené un hijo.
Siii quiero tener una hija. Se va a llamar Ramona y si es nene también se llamará Ramona y será un bebe travesti hasta que elija ser lo que se le cante.
Ya hablamos de esto. No querés embarazarte, querés reproducirte para dejar de hablar conmigo.
Y si. Detesto hablar con vos. Sos un pesado, siempre que estoy llegando a algún lugar interesante me cortas las alas. No me dejas ser.
Upa, se me rebela la nena, que miedo. Yo no tengo ningún poder sobre vos. Vos podes ser lo que quieras. Date cuenta de que no necesitas una hija para neutralizarte. Nunca fuiste la primera persona de tu vida. Sos un fantasma en la vida, estás muerta en vida. Si te sirve de consuelo podés llamarle inmortalidad a lo fantasmal, pero tu problema es, y lo voy a decir una sola vez porque no te aguanto más, tu problema es que sos demasiado VAGA para ser mortal. Los mortales viven y mueren. Vos queres saltearte la parte de la vida, o acelerarla, para pasar a lo siguiente. No querés cargar tu parte de la vida. No se que te pasa, no pensas con claridad.
No pienso con claridad porque cuando estoy por llegar a alguna conclusión apareces vos a hacerme un chiste y me descolocas.
No te debo nada. Ponete a laburar, deja de quejarte y libera un país o planta un árbol, me importa muy poco lo que hagas.
Yo le doy sentido a tu vida.
Yo no estoy vivo.
Pero algo de lo que decis tiene sentido… Y tiene que ver conmigo.
Ya te dije suficiente.
Me serví otra porción de flan.
Perdí.
¿Todos conocen ese juego? El famoso juego de la vida. The game. Es un juego que dura para toda la vida y consiste en lo siguiente: desde el momento en el que conoces la existencia del juego, estás jugando hasta la muerte. Cuando te acordas de que estas jugando perdés. Si tenés gente alrededor tenes que decir “perdí” en voz alta y si alguien no conoce el juego, se lo tenes que explicar y de esa forma también jugará por siempre al juego de la vida que consiste en perder cada vez que te acordas de que estas jugando.

Che, ¿y no se puede hacer trampa? ¿Alguna carta marcada, un dado cargado, o algo asï?
Quedó flan?